Todos tenemos en mente la imagen del típico ruso abrigado hasta las cejas, tratando de combatir el frío intenso de aquel país con una botella de vodka, ¿no es cierto?
¿Pero y si te dijéramos que se trata de una de las fakes news más antiguas que existen?
Muchos podrían afirmar, de hecho, que notan una especie de agradable calorcito cuando beben. Sin embargo, la ciencia es bastante tajante al respecto: el alcohol no solamente no hace que suba nuestra temperatura corporal, sino que además incrementa el riesgo de sufrir una hipotermia.
El motivo está en el hecho de que el alcohol dilata los pequeños capilares que se encuentran debajo de nuestra piel. ¡Y allí que acude la sangre al galope!
La movilización de la sangre hacia los capilares nos hace experimentar calor inicialmente, eso es cierto. Esta es la causa, por ejemplo, de la característica coloración de las mejillas (que delata a quienes han bebido alguna copita de más).
El problema radica precisamente en que, al situarse tan cerca del exterior de nuestro cuerpo, y en un entorno de mucho frío, nuestra sangre pierde calor rápidamente. Y cuando esta retorna hacia el interior, la temperatura central de nuestro cuerpo disminuye de forma drástica.
Así pues, si lo que pretendes es combatir el frío en una jornada especialmente desapacible, mejor tómate un caldito.
La Farmacia de Cádiz 